¿Cómo funciona el sentido del equilibrio en el ser humano?

Caminar, saltar o mantenernos de pie a pesar de estar en un sitio con poca estabilidad puede parecernos algo habitual, pero seguro que no nos detenemos a pensar por qué somos capaces de mantener el equilibrio.

¿Cómo somos capaces de mantener el equilibrio?

En este artículo trataremos de explicar de la forma más sencilla posible este complejo sistema del cuerpo humano que nos permite mantenernos de pie.

El equilibrio es uno de los sentidos más importantes del cuerpo humano y este depende de varios sistemas que vamos a detallar a continuación.

Se desarrolla durante los primeros años de vida del individuo, y también se conoce que en un momento en la edad adulta empieza poco a poco a perderse. Esta es una de las razones por las que los bebés cuando comienzan a andar son tan inestables y también justifica el hecho de que a las personas mayores les cueste más esfuerzo mantener el equilibrio.

Con la edad, el sentido del equilibrio empieza poco a poco a perderse

Esta circunstancia se da porque con la edad cambia la forma en la que los sentidos nos dan información acerca de nuestro entorno. Este se vuelve menos agudo y pasamos a ser menos capaces de percibir algunos detalles que impiden que la persona sea capaz de procesar la información necesaria para mantener el equilibrio.

¿Qué necesitamos para mantener el equilibrio?

Para mantener el equilibrio es necesario que esos tres sistemas funcionen correctamente:

  1. El sistema vestibular del oído. Se ubica en el oído interno y es en gran parte el responsable de nuestra estabilidad y equilibrio. Cuando giramos la cabeza el líquido que hay dentro del oído interno mueve unos pequeños cilios que hay en esta zona y que a su vez mandan un mensaje al cerebro. Es el cerebro el que transmite a los músculos las órdenes que permiten mantenernos en equilibrio al recibir estos mensajes.
  2. La vista. Es evidente la importancia de la visión, ya que a través de ella somos capaces de percibir todo el entorno, ver dónde estamos situados y la distancia o profundidad de los objetos.
  3. El sistema propioceptivo. En el cuello, torso, articulaciones y pies tenemos múltiples sensores que son los encargados de transmitir señales o impulsos eléctricos al cerebro para indicarle dónde está el cuerpo respecto a nuestro entorno. Por ejemplo, cuándo nos vamos a sentar estos mensajes se envían desde el sistema propioceptivo el cerebro para mantener el sentido de la presión, la posición del cuerpo y las extremidades.

El vértigo o el mareo son la consecuencia de un fallo en estos sistemas.

¿Qué ocurre si alguno de estos sistemas falla?

Como hemos comentado, cualquier fallo en este sistema provocará problemas en nuestro sentido del equilibrio. Las personas con Enfermedad de Ménière, que afecta al oído, ven mermada esta capacidad experimentando inestabilidad y crisis de vértigo, acúfenos e hipoacusia, lo que les dificulta llevar a cabo tareas tan cotidianas como caminar, correr o conducir, entre otras.

Cualquier fallo en alguno de estos sistemas generará problemas en el sentido del equilibrio

Como especialistas en trastornos de vértigo y mareo recomendamos acuda a su otorrino de referencia ante cualquier circunstancia que le impida mantener el equilibrio con normalidad. Las causas de esta inestabilidad son múltiples y variadas.

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